El hígado, y no el cerebro, como posible origen de las placas de Alzheimer

Los inesperados resultados del Instituto de Investigación de Scripps y de ModGene, LLC podrían alterar totalmente la idea que tienen hoy en día los científicos sobre el Alzheimer, al señalar al hígado en vez del cerebro como la fuente del “amiloide” que se deposita en forma de placas en el cerebro, y que está asociado con esa terrible enfermedad. Los resultados podrían ofrecer estrategias relativamente simples para la prevención y el tratamiento de Alzheimer.

El estudio fue publicado online el pasado 3 de marzo el The Journal of Neuroscience Research.  Los científicos utilizaron un modelo de ratón de la enfermedad de Alzheimer para identificar los genes que determinan la cantidad de amiloide que se acumula en el cerebro. Encontraron tres genes que protegieron a ratones contra la acumulación y la deposición de amiloide en el cerebro. Para cada gen, una expresión más baja en el hígado protegió el cerebro del ratón. Uno de los genes codifica la proteína presenilina, una proteína de la membrana celular que se piensa que contribuye al desarrollo del Alzheimer en humanos.

Según el profesor Greg Sutcliffe, jefe del equipo que realizó el estudio, “este hallazgo inesperado hace que se alberguen esperanzas para el desarrollo de nuevas terapias en la lucha contra el Alzheimer”. “Esto podría simplificar enormemente el desarrollo de nuevas terapias y de métodos de prevención.”

Se estima que solamente en Norteamérica existen más de 5 millones de enfermos de Alzheimer, incluyendo casi la mitad de la población de 85 años o más. En torno al 2050, el número de personas por encima de los 65 años afectadas por la enfermedad oscilará entre los 11 y los 16 millones, a menos que la ciencia encuentre una manera de prevenirla y tratarla.  Además de los problemas para los enfermos, se tratará de un coste enorme para la sociedad: se estima que el coste acumulado de los cuidados para estas personas, entre el 2010 y el 2050, rondará los 20 billones de dólares.

Con el fin de intentar resolver el rompecabezas del Alzheimer, en los últimos años Sutcliffe y sus colaboradores han enfocado su investigación sobre diferencias heredadas en la susceptibilidad hacia enfermedades neurológicas entre diferentes cepas de ratones. Con ello, crearon grandes bases de datos catalogando la actividad de los genes en diferentes tejidos, medida a partir de la acumulación de mRNA.  A partir del estudio de las expresiones genéticas en los diferentes tejidos, se descubrió que uno de los genes, denominado Presenilin2, es parte de un complejo enzimático involucrado en la generación de beta-amiloide patogenético.  “Inesperadamente”, según Sutcliffe, “se encontró expresión de este gen en el hígado, y no en el cerebro.  Y una mayor expresión de Presenilin2 en el hígado se correlacinó con una mayor acumulación de beta amiloide en el cerebro, y el desarrollo de patologías de tipo del Alzheimer.”

Este hallazgo sugiere que concentraciones elevadas de beta amiloide podrían tener su origen en el hígado, circular por la sangre, y entrar en el cerebro.  Si es así, el bloqueo de la producción de beta amiloide en el hígado debería proteger al cerebro.

Para comprobar esta hipótesis, se le sumistró a ratones un fármaco llamado Gleevec que reduce la producción de beta amoloide, y que además tiene bajo poder de penetración en el cerebro: de esta manera, el estudio podía centrsarse en la producción de beeta amiloide fuera del cerebro.

El resultado de estos experimentos, en los que se inyectó Gleevec dos veces al día durante una semana, es que se observó una disminución dramática de beta amiloide no sólo en la sangre, sino también en el cerebro, donde el fármaco apenas podía penetrar. Conclusión: una porción apreciable del amiloide del cerebro debe originarse fuera del mismo, y el fármaco usado representa un candidato para prevenir y tratar el Alzheimer.

En cuanto al futuro de esta investigación, Sutcliffe dice que espera encontrar socios e inversionistas para continuar el trabajo a partir de ensayos clínicos y el desarrollo de nuevos fármacos.

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