La colectividad hace frente a la sobrecarga cognitiva

Científicos de la Escuela de Ciencias de la Vida, del College of Liberal Arts and Sciences, de la Universidad de Arizona, han mostrado, en un estudio presentado en Current Biology, lo que parece ser la clave para evitar lo que se denomina sobrecarga cognitiva: la toma de decisiones colectiva, en detrimento de la multi-tarea.  El interés que este estudio tiene, a juicio de Stephen Pratt, investigador principal, puede encontrarse en el hecho de que nosotros, los humanos, sufrimos la sobrecarga cognitiva cuando nos enfrentamos a una gran cantidad de información.  De hecho, se tiene la sensación de que, como sociedad, cada vez nos vemos más y más sobrecargados con más y más datos.

En estudios anteriores se había mostrado que una colonia de hormigas podía comparar la calidad de dos hormigueros, incluso si ninguna hormiga de la colonia había visitado ambos hormigueros.  Pratt y su equipo postuló la hipótesis de que una colonia de hormigas podía elegir un nuevo hormiguero de gran calidad de entre un número mayor de opciones.  Y esto debido a que cada hormiga evalúa un pequeño conjunto de entre todas las posibilidades, y comparte la información con las demás hormigas de la colonia.  La calidad de un hormiguero viene determinada por el tamaño de su entrada y de la cavidad interna, y por su oscuridad, entre otros factores.  Diseñaron dos experimentos, en los que había que elegir el mejor hormiguero de entre dos (en el primer experimento), o de entre ocho (en el segundo).

Los investigadores descubrieron que la selección realizada por hormigas individuales era mucho peor al ofrecerles ocho en lugar de dos opciones, con lo que se observaba que las hormigas sufrían de sobrecarga cognitiva.  En cambio, la colonia en su conjunto realizaba su elección de manera igualmente buena con dos u ocho opciones, mostrando que la colectividad afrontaba mucho mejor el problema de mayor complejidad.

Un pequeño grupo de hormigas "Temnothorax rugatulus" se congrega cerca de su nuevo hormiguero. (Imágenes: Takao Sasaki y James S. Waters)

Según Pratt, este estudio podría dar respuesta a dos cuestiones fundamentales en este ámbito: a) ¿qué beneficio se obtiene de pertenecer a una inteligencia colectiva?; y b) ¿por qué y cómo puede ser un grupo más inteligente que un individuo?

La respuesta a la primera pregunta parece ser que al repartirse entre la colonia el trabajo de decidir entre varias opciones, se evitan los errores en que incurren los individuos por separado, debido a la saturación cognitiva que sufren.

La respuesta a la segunda pregunta, según Pratt, es más importante, ya que averiguar cómo una sociedad trabaja como un cerebro distribuído podría ayudar a diseñar vías para la gestión de grandes conjuntos de información, con aplicación directa en colectivos robóticos.

 

 

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